El futuro de la infraestructura. ¿Mercancía pública o privada?

La empresa Goldman Sachs ha ayudado a Washington D.C. a financiar su proyecto de ríos limpios que quiere proteger las ecosistemas y biodiversidad de las vías navegables, como parte de un programa de responsabilidad social. La contaminación de esos ecosistemas ha sido un problema por décadas, dado que la población ha crecido mucho. ¿Debemos permitir la entrada de dinero privado en grandes proyectos de infraestructura? 

train-1222276_960_720Cuando hay terremotos grandes, los sistemas que usualmente atienden el agua, están abrumados, y se producen desbordamientos. Para eliminar ese problema en DC, van a construir un sistema de tres túneles, para temporalmente atrapar el agua subterránea y transportarla a una instalación de vanguardia que pueda curar el agua. Cuando todo esté completado, el proyecto reducirá el desbordamiento en un 98 por ciento. El aspecto único de este proyecto es que, para su financiación, Goldman Sachs ha usado un “bono verde” para recaudar $350 millones.

En el siglo XXI, la infraestructura no es solamente un bien del estado. Es un bien que puede ser muy rentable como una inversión del sector privado, especialmente cuando tenemos corporaciones enormes como en la industria de seguros que tienen reservas muy grandes y que pueden invertir mucho en sus gastos de capital. Según Ernst and Young, ese es la futuro de inversiones de la industria de seguros.

Hoy en día, en la economía de los Estados Unidos, no vemos la productividad, el crecimiento, o la inflación que queremos ver. Nuestros dos candidatos a la presidencia argumentan que necesitamos más gastos de capital para mejorar la economía y creen que estos gastos pueden ser proyectos de infraestructura recaudada por los impuestos.

Pero tenemos que preguntarnos, especialmente ante nuestro gasto deficitario, si más deuda podría ser algo sostenible o incluso posible para nuestro país. Ya tenemos corporaciones privadas o semiprivadas y públicas para proveer muchos bienes como el agua a nuestra sociedad. No tiene que ser diferente con la infraestructura. Podemos buscar más cooperación entre los sectores privadas y públicos para la infraestructura en el siglo XXI.

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