Oro Negro: justicia en la producción de café

El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo, superado sólo por el té y el agua. Es un patrimonio cultural para la mayoría de los europeos, una necesidad para los estadounidenses y es considerado como la bebida favorita de la humanidad en Brasil. El Banco Mundial estima que más de 500 millones de personas en todo el mundo dependen del café para su sustento y de ese número, 25 millones son productores de café. Desafortunadamente, los granjeros de café típicamente viven y trabajan en malas condiciones, que se agravan por el hecho de que reciben solamente un pequeño porcentaje del precio real del café que se vende al consumidor. Las mujeres, que representan una buena mayoría de los productores de café, enfrentan desafíos adicionales.

Por estas razones, se han creado diversos sistemas de certificación desde la década de 1970, es decir, con el fin de abordar las cuestiones mundiales que rodean el bienestar de los productores de cultivo y la producción de “la bebida favorita de la humanidad”.

La pertenencia a mercados especializados del café crea nuevas oportunidades de subsistencia para los productores y mejora su sustento en respuesta a las políticas de comercio liberalizado, que son perjudiciales. La crisis mundial del café entre 1985 y 2005 bajó mucho los precios del café y amenazó el sustento de tantas personas.

Al reducir la vulnerabilidad de los productores a los cambios de precios externos en el mercado mundial (así como externalidades del ambiente y de las políticas de los países donde viven los productores) los grupos de certificación como el Comercio Justo ofrecen respuestas económicas y sociales. Estas respuestas, combinadas con la adaptación de prácticas agrícolas más sostenibles, proponen una nueva visión del futuro para los productores y son un paso adelante en el combate por la independencia económica.

El Comercio Justo es una respuesta a la lucha colectiva que los productores de café tienen que afrontar diariamente en el mercado global. Con el Comercio Justo, los productores de café son capaces de recibir mejores salarios y primas de la certificación de Comercio Justo. Esta certificación les otorga la oportunidad de invertir en infraestructura, el cuidado de la salud o en su comunidad, lo que garantiza la prosperidad para cada productor, y cada empresa que compra su café.

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