Bilingüe ≠ Traductor

La definición de la palabra bilingüe tiene varias acepciones, entre ellas, ser capaz de hablar o escribir en dos lenguas. También se utiliza como adjetivo para hablar de la traducción o la enseñanza.  ¿Pero, es suficiente ser bilingüe para convertirse en un traductor?

Al principio de mis estudios estaba convencida de que hablar dos lenguas era suficiente para convertirme en una traductora profesional. La realidad fue muy distinta. Primero, descubrí la diferencia entre un traductor y un intérprete (un tema en su propia categoría) y después me enfrenté a mi primera traducción del español al inglés y note la diferencia entre traducir como hablante de herencia de español y traducir como estudiante de traducción.

La Asociación Americana de Traductores (ATA por sus siglas en inglés) explica claramente la diferencia entre ser bilingüe y ser un traductor. El aspecto clave: no es suficiente con comunicarse en dos lenguas. También necesitamos la capacidad de comunicarnos entre las dos.  

Es decir, una persona bilingüe puede expresar sus propias ideas en cualquiera de sus lenguas. En cambio, un traductor interpreta las ideas de otra persona con palabras que quizás ellos mismos no suelen usar y expresan esas ideas en otra lengua sin perder la idea del mensaje original. Mantener una relación de fidelidad con el mensaje en lugar de simplemente expresar ese mensaje palabra por palabra es la diferencia de comunicarse en dos lenguas y comunicarse entre dos lenguas.  

Saber esta diferencia me ayudó a mejorar mis traducciones y también me llevó a otra característica, que es crucial y no tiene nada que ver con comunicarse entre dos lenguas sino la habilidad de escribir de manera correcta en su lengua materna. Tener un dominio ortográfico de su primer lenguaje le ayuda al traductor a analizar el estilo y registro de vocabulario en una traducción. Además, un conocimiento profundo de la lengua ayuda a precisar el mensaje y entender lo que el autor original quería decir. Ese tipo de análisis es lo que eleva una traducción de palabra a palabra a una de mensaje a mensaje, con atención a cuestiones culturales y pragmáticas.

Hay bastantes características que describen a un traductor y ser bilingüe es sólo una de ellas. No basta con ser bilingüe para ser un buen traductor.

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