El problema de la pérdida de alimentos en Colombia, en la finca y durante la transportación de cultivos, contribuye a un gran número de cuestiones de desarrollo en las comunidades rurales. El impacto de la pérdida de alimentos en las diferentes fases de la cadena de suministro afecta a la situación económica y la salud de los campesinos, aumenta el precio de alimentos en los ciudades y pueblos y deteriora el medio ambiente. ¿Qué podemos hacer?

Es importante reducir el nivel de pérdida en las diferentes fases con nueva tecnología y políticas. Un reportaje del Departamento Nacional de Planeación del Gobierno de Colombia aporta las estadísticas de la escala de la pérdida de alimentos en las primeras fases de producción, almacenamiento y transportación. El reportaje explica que más o menos el 64% de la pérdida de alimentos ocurre antes de llegar al supermercado o consumidor.

En Colombia casi el 34% de la comida producido en el país por año (9.76 millones de toneladas) se desperdicia en la cadena de suministro o en la casa antes de comerlo. Esa cantidad de alimentos podría alimentar a más de 8 millones de personas por año, más o menos la población de Bogotá.

Esta cuestión es muy importante hoy en día porque el gobierno de Colombia completó negocios de la paz con el FARC en el año pasado, y un gran parte del sur de Colombia está por abrirse al mundo por la primera vez en décadas.

Un articulo de The Atlantic explora el futuro de los regiones rurales de Colombia sin el FARC. El desarrollo de las provincias en el interior es una de las prioridades más importantes para el gobierno de Colombia y los Estados Unidos. Una gran proporción de la cocaína que estaba destinado a los EEUU tenía su origen en las provincias rurales del interior de Colombia, bajo la protección del FARC y otros grupos.

Las FARC estaban integradas en la organización y transportación de cocaína para financiar sus operaciones. Los agricultores eligieron cultivar cocaína porque la infraestructura fue destruida o se había deteriorada durante años de conflicto. También el coste de transportación para cultivos legales de pueblitos remotos en la selva interior a los mercados grandes deterioró el lucro de su empresa agrícola y creó incentivos para producir cocaína.

Por medio de mi empresa social yo quisiera combatir los problemas de la pobreza, el hambre y el desperdicio de recursos en las comunidades en Colombia a través de la reducción de la pérdida de alimentos en la fase de producción y transportación en la cadena de suministro.

Mi empresa, Finca Dura Soluciones (FDS), ofrecerá préstamos, consultoría y entrenamiento a pescadores, agricultores, mayoristas, y comunidades para financiar nuevas opciones y reducir el nivel de pérdida. La mayoría de las nuevas tecnologías que protegen la calidad de cultivos son sumamente caras, especialmente con los ingresos de agricultores en Colombia. Por eso FDS se enfoca en la provisión de préstamos para financiar soluciones más efectivas según los contextos específicos de los agricultores participantes.

Para recaudar el principal e interés de los préstamos, FDS recibe una parte de las ganancias de las ventas de cultivos adicionales. Una ventaja de esta modelo empresarial es la reducción de riesgo potencial para los campesinos, porque ellos solo tienen que pagar el préstamo si la solución funciona.