MIIS en español

November 28th, 2012

Las sardinas y el capitán

A veces uno no sabe como recordará un lugar, pero con Monterey es fácil: es un lugar fabuloso. Para hablarles de él, les contaré una historia un poco cursi. Cuando era niño y vivía en un pueblo de las montañas de Chihuahua, en México, de vez en cuando nos dábamos el lujo de comprar latas de sardina; eran latas ovaladas, con una etiqueta roja que decía “Portola”. Y como sucede a veces en México, llamábamos a ese y a otros productos por su marca. El polvo para hornear era royal y las sardinas eran portolas.

Años después leí un libro sobre la conquista española de Baja y Alta California. Una historia fascinante sobre Fray Junípero Serra y el capitán Don Gaspar de Portolá, quienes fundaron las misiones a lo largo de lo que hoy es la península de Baja California y el estado de California. En 1770, Fray Junípero y Don Gaspar fundaron una misión en lo que hoy es Monterey. Con el tiempo, esta ciudad fue un centro de producción de mariscos enlatados. Y por supuesto, algún producto de sardinas llevaba el nombre del capitán Portolá.

Hoy, la gran cantidad de museos en Monterey, la zona turística de Cannery Row, los nombres de las calles y los edificios antiguos cuentan la historia del lugar. La era de las tribus Ohlone, los periodos español, mexicano y estadounidense, y el auge de las enlatadoras.

Para mí, es un extraño círculo que empieza con latas de sardina y termina en un pueblo muy orgulloso de su historia. Estudiar en Monterey tiene conexiones inesperadas. La misma oficina de admisiones de MIIS fue hogar del escritor John Steinbeck, quien escribió ahí su novela sobre un buceador de perlas en Baja California, después de lanzar uno de los retratos más coloridos de la península de Monterey: su novela Cannery Row.

Y en Monterey, si te cansas de la historia (o las tareas embotan tu cerebro), te acercas al mar y ¡bum! entras al presente. Caminas por la playa escoltado por nutrias, focas o delfines que saltan cerca de la costa; o trepas por las montañas de Point Lobos, ante paisajes que inspiraron La Isla del Tesoro: minerales rojos que forran los árboles, cortinas de musgo español y cipreses cuyas raíces se aferran precariamente a los acantilados.

Aquí el pasado está muy bien cuidado. El presente está a tiro de piedra. ¿Y el futuro? Somos estudiantes de MIIS, ¡tenemos todas las de ganar!



No Comments »

No comments yet.

RSS feed for comments on this post.TrackBack URI

Leave a comment

Line and paragraph breaks automatic, e-mail address never displayed, HTML allowed: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

(required)

(required)