Inteligencia Artificial. ¿Son las máquinas capaces de pensar?

La idea de máquinas artificiales capaces de “pensar” nació durante la Segunda Guerra Mundial cuando Alan Turing desarrolló una máquina para descifrar los mensajes secretos de Alemania. Este momento abrió las puertas al mundo de la inteligencia artificial. Hoy en día, los asistentes virtuales como Siri, Alexa y Cortana han alcanzado un nuevo nivel de realismo y son capaces de comprender y responder a comandos vocales. Otras máquinas también han sido creadas para probar los límites de la tecnología y profundizar la comprensión de la inteligencia artificial. Sin embargo, la la pregunta principal sigue siendo: ¿Pueden pensar las máquinas?

Imagínate que eres un matemático británico que ha viajado en el tiempo a la Segunda Guerra Mundial. Un día recibes una llamada por parte de la Armada británica que quiere reclutarte para descifrar Enigma: la máquina utilizada por Alemania para codificar los mensajes de guerra. El tiempo es limitado. La única manera para responder a los ataques es crear una máquina que pueda pensar. 

Alan Turing

Cuando Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania en 1939, Alan Turing, el fundador de la informática y uno de los padres de la inteligencia artificial, se convirtió en criptoanalista para la Armada británica. Gracias a sus ingeniosas y rápidas deducciones, creó una máquina, que hoy en día sería el equivalente de un traductor, y descifró todos los mensajes de Enigma mediante codificaciones específicas y procesos estadísticos. Como resultado, la máquina de Turing disminuyó dos años la duración de la guerra, salvó muchas vidas inocentes y estableció la base para la inteligencia artificial.

The Imitation Game

En 1950, Turing introdujo un concepto en su ensayo, Computing Machinery and Intelligence, llamado The Imitation Game, también conocido como el test de Turing. Este concepto fue desarrollado para ver si una computadora puede engañar a un humano haciéndole creer que es un humano. Las reglas son muy simples. Para probar si una máquina puede pensar como un humano, un juez imparcial debe interactuar tanto con la computadora como con la persona en una conversación normal. Es fundamental que el juez no sepa con quién está comunicando porque, al final, tiene que decidir si habló con una computadora o un humano. Si el juez es incapaz de descifrar quién es quién, la computadora pasa la prueba y es considerada “inteligente”.

Eliza

Una de las primeras máquinas que engañó al juez fue ELIZA. Está máquina pasó la prueba porque se enfocó en el aspecto psicológico. En otras palabras, hacía preguntas humanas y sinceras al juez, emocionándolo más que el ser humano. Esto fue un momento fundamental en la historia no solo porque fue la primera máquina que tuvo éxito, sino también porque abrió el camino para asistentes virtuales (Siri, Alexa y Corona) y robots de inteligencia artificial (Sophia y Duplex).

Sophia

En marzo de 2018, había un anuncio que circuló por la red que mostró a Will Smith conociendo a una nueva compañera robot, Sophia. Esta nueva creación de inteligencia artificial ha estado en fase desarrollo durante varios años, entrenando con preguntas y experimentando con emociones. A pesar de que está hecha principalmente de silicona, plásticos y fibra de carbono, Sophia piensa y actúa de forma humana, dando la impresión de que Smith estuviera con otro ser humano. Esto marca un hito importante en el mundo de la inteligencia artificial porque ofrece una perspectiva futurista de cómo los robots están adaptándose a la vida humana; no solo con la conversación, sino también con las emociones y los movimientos sutiles faciales humanos.

Duplex

En mayo de 2018, Google lanzó un nuevo asistente virtual: Duplex. Lo especial de Duplex es que utiliza el aprendizaje automático y el lenguaje natural para establecer el equilibrio entre ser un robot y ser humano. Google lo introdujo durante su presentación anual a través de la grabación de una interacción que tuvo lugar por teléfono entre Duplex y una trabajadora en una peluquería. La conversación parecía tan real que nadie en la multitud pensó que era una máquina la que estaba hablando con el ser humano. Una razón por la cual Duplex tuvo tanto éxito, aparte de encontrar el equilibrio entre el aprendizaje automático y el lenguaje natural, fue que Google lo entrenó con muchas pausas y palabras típicas humanas como “umm” y “ahh”. Si hubiéramos hecho el test de Turin al final de la grabación, a todos nos habría costado descifrar la máquina.

Entonces, ¿pueden pensar las máquinas?

Han pasado 60 años desde la invención del test de Turing y hemos avanzado mucho pero todavía no estamos seguros de si las máquinas pueden pensar. Algunos ingenieros argumentan que pueden, mientras que otros dicen que no. Hay varios problemas. Uno en particular es que la palabra “pensar” es muy ambigua: puede significar ser consciente de lo que te rodea tanto como puede significar aprender, interactuar y reflejar. Alan Turing diría que pensar no requiere necesariamente una comprensión específica, así que las máquinas de inteligencia artificial hoy en día pueden pensar. Sin embargo, otros ingenieros y científicos argumentarían que las máquinas no piensan porque no tienen neuronas. Simplemente siguen algoritmos que son creados por los humanos. Por lo tanto, es el humano que piensa y la maquina que sigue. Vivimos en una era de grandes avances tecnológicos y la única forma de responder a esta pregunta es ser pacientes y seguir construyendo otros tipos de máquinas de inteligencia artificial más autónomas. Un día lo sabremos con certeza, pero por ahora, ¡piensa lo que quieras!

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