La incorporación del aprendizaje cultural e intercultural en los estudios en el extranjero es imprescindible, en tanto que enriquece y añade una capa de reflexión a la experiencia de los estudiantes. Este aprendizaje debería consistir en preparación antes de irse, actividades intencionales en cuanto a la competencia intercultural en el extranjero y, lo más importante, reflexionar sobre qué se ha aprendido y sus mismos sentimientos y pensamientos de la experiencia, por ejemplo cómo han cambiado sus perspectivas sobre el mundo.

El IDC (Continuo de Desarrollo Intercultural) describe el aprendizaje y actitudes que se pueden tener cuando se piensa en diferencias y similitudes culturales. El continuo del IDC pone cinco mentalidades en un continuo desde las que son más monoculturales (solo se piensa en su cultura y no se aceptan diferencias de otras) hasta las que son más globales. Las cinco mentalidades representadas son negación, polarización, minimización, aceptación y adaptación. El gráfico de abajo representa el proceso de transición de una mentalidad a otra durante el desarrollo intercultural.

Cuando estamos en la mentalidad de negación, no tenemos la capacidad de entender a otros ni responder bien a diferencias culturales en valores, creencias, percepciones, respuestas emocionales ni comportamientos. En comparación, llegar al nivel de adaptación representa que una perspectiva cultural ha cambiado. El nivel de adaptación permite que la persona pueda conectar sobre diferencias y navegarlas también.

Según la EAIE (la Asociación Europea de Educación Internacional), la suposición que estar inmerso en otro idioma es suficiente, sin hacer otras cosas, para conocer, participar y entender, aunque sea de forma relativa, una cultura, es deficiente. Tenemos que reflexionar continuamente e, idealmente, ser guiados por un instructor en nuestro desarrollo intercultural. El aprendizaje cultural es tan importante que hoy en día existe programas para estudiar esta materia en el extranjero como estudiante.

Un estudio analizó el efecto de participar en actividades estructuradas y reflexionar sobre diferencias culturas y sí mismo después. Descubrió que el nivel de competencia intercultural fue mucho más alto en el programa en el que los estudiantes hacían actividades de aprendizaje intercultural, combinadas con sus estudios. Estas actividades incluyeron explorar suposiciones basados en apariencias, una discusión sobre diferencias culturales entre los Estados Unidos y otras culturas, una actividad de explorar identidad cultural y explicarla, una lectura del IDI sobre aprendizaje en el extranjero y una discusión de últimos acontecimientos en Zambia.

Si queremos dar a nuestros estudiantes la habilidad de aprender del mundo, desarrollar sus competencias interculturales y reflexionar sobre sí mismos, necesitamos poner algo de estructura en nuestros programas para guiar la experiencia de aprender sobre otra cultura (y sobre nosotros mismos) durante los estudios en el extranjero. Por supuesto, esto no implica que debamos hacer todo para los estudiantes; idealmente, un programa simplemente crea un contexto pedagógico para que el estudiante crezca interculturalmente, por sí mismo.